domingo, 26 de octubre de 2008

Capítulo 1 - 5 perras negras

¡Hola! Tengo nombre y vivo, pero creo que cuál y dónde ahora no importan. Estas son cosas que se suelen hacer cuando alguien conoce a alguien por primera vez, pero creo que desfiguran aquello que realmente vale la pena contar. Y lo que ahora importa es que llevo cinco minutos pensando en cómo presentarme para luego no hacerlo, pero quizá de esta manera ya lo he hecho. No sé si me entendéis, pero en todo caso, esto es lo que iba de un lado para otro, como ideas en monociclo, por la parte del cerebro reservada a cavilaciones, que casi nunca uso.

¿Y qué me pasa? Tiene que pasarme algo, no tendría sentido contaros algo de mí si no me pasan cosas interesantes dignas de ser escuchadas, además de tener nombre y vivir. Pues me pasa que paseo entre conos amarilloanaranjados, luces de farolas, por la calle, de noche, mientras el pelo se me moja poco a poco de una lluvia que no cae, sino flota.

Acabo de dejar atrás el motivo principal por el que he empezado a escribir esta historia. Seguro que alguna vez, mientras andáis sin prisas, escudriñando a vuestro alrededor, os dais cuenta de cosas insólitas. Pues bien, hace unos diez minutos he escuchado el canto de un pájaro, en medio de la noche, y bajo la lluvia. Nunca había escuchado un pájaro de noche. Entre unas ramas, que le hacían un marco verde y vidrioso de hojas y agua, se encontraba un pequeño bigotudo. Supongo que estaría extraviado, no es nada normal encontrar este pájaro en una ciudad.

Nada más darme cuenta de las muchas cosas que me pueden pasar, y las muchas relaciones que pueden tener con el canto del bigotudo, he decidido parar en este pilar, y empezar esta historia…
F. Morant

3 comentarios:

autoestopistas dijo...

Intenso a la vez que extraño. Ya nos diréis cuando proponer nuestras cinco perras negras!

autoestopistas dijo...

moco, boloñesa, trasto, solidaridad, príncipe

Anónimo dijo...

buen comienzo!