lunes, 20 de octubre de 2008

El juego de las 5 perras negras

Esto será un juego. Tejeremos una sola historia entre los dos que irá creciendo a lo largo de cada entrada. ¿Las reglas? Sólo una: deberán aparecer las cinco perras negras -en el ideolecto de Julio Cortázar, palabras- que nos propongamos mutuamente para cada pasaje de la narración.

Una vez explicada la dinámica del blog, nos vamos a permitir la licencia de añadir un fragmento de Rayuela, de Julio Cortázar, en el que el autor usó por primera vez la terminología de perras negras para designar a las palabras:

¿Por qué stop? Por miedo de empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos míos, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al verse. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto. Pero estoy solo en mi pieza, caigo en artilugios de escriba, las perras negras se vengan cómo pueden, me mordisquean desde abajo de la mesa. ¿Se dice abajo o debajo? Lo mismo te muerden. ¿Por qué, por qué, pourquoi, why, warum, perchè este horror a las perras negras? Miralas ahí en ese poema de Nashe, convertidas en abejas. Y ahí, en dos versos de Octavio Paz, muslos del sol, recintos del verano. Pero un mismo cuerpo de mujer es María y la Brinvilliers, los ojos que se nublan mirando un bello ocaso son la misma óptica que se regala con los retorcimientos de un ahorcado. Tengo miedo de ese proxenetismo, de tinta y de voces, mar de lenguas lamiendo el culo del mundo. Miel y leche hay debajo de tu lengua... Sí, pero también está dicho que las moscas muertas hacen heder el perfume del perfumista. En guerra con la palabra, en guerra, todo lo que sea necesario aunque haya que renunciar a la inteligencia, quedarse en el mero pedido de papas fritas y los telegramas Reuter, en las cartas de mi noble hermano y los diálogos del cine. Curioso, muy curioso que Puttenham sintiera las palabras como si fueran objetos, y hasta criaturas con vida propia. También a mí, a veces, me parece estar engendrando ríos de hormigas feroces que se comerán el mundo. (fragmento del capítulo 93 de Rayuela, Julio Cortázar).

P.D. Las perras negras al principio serán propuestas mutuamente, pero no se descarta utilizar otros medios para elegirlas.

Un saluzo, un abrazo, un beso, dos...sírvanse ustedes mismos!

5 comentarios:

los perros dijo...

Esto promete! Que Rayueleros estáis hechos jajaja.

Me apunto las palabras, a ver que me sale a mí ;)

autoestopistas dijo...

Cinco palabras. Interesante. Solo os pido que hagáis un índice de todas las palabras raras que pongáis!

Suerte!

Anónimo dijo...

Muy original vuestra propuesta. Me habéis sorprendido gratamente. Si los contenidos son buenos, ya tenéis una fan.

SUPERMOCHO POCHO dijo...

a supermocho le gusta un montón rayuela :)

Anónimo dijo...

Me gusta mucho la idea... y, creo, q nadie dudaba de que haríais algo que no iba a dejar indiferente :D

Seguiremos atentos vuestras cinco perras negras de cada día.

Un beso!!


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