domingo, 7 de diciembre de 2008

Felicidad de óvulos y espermatozoides, que es lo que somos nosotros. Viaja en camión pero el azúcar no lo dice. Siempre tomo sacarina, aunque llegue el fin de semana y sobreviva gracias a las pizzas que mi madre deja en el congelador. Sí, así se llevan la felicidad, congelada. Y con precio. Cada vez hay más personas que comparten felicidad. Es por culpa del azúcar.

Mi felicidad a medias será completa felicidad una vez la haya compartido. Tendré que gastarme la felicidad para verlo desde allí porque, hasta entonces, no habré vivido. No sirve una fotografía a través de la pantalla del ordenador. Sí, está retocada, pero, aun así, no dudo de que sea perfecto. La madera siempre es madera.

Tampoco es que lleve mucho tiempo dándole vueltas, lo he pensado esta mañana. Bueno, en realidad, ha sido esta mañana cuando lo he visto por primera vez. Siempre he querido estar ahí, solo que no me acordaba. Creo que ya he estado, de algún modo. Por eso tengo que volver.

Es fácil. Sólo tengo que seguir los colores chillones. Prefiero decir gritones. De todos modos, siempre he odiado las sinestesias.

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